Refugiados en distintas regiones del planeta

12.08.2015 07:31

Refugiados en distintas regiones del planeta      * Néstor Antonio Suleiman

El drama de los refugiados en el mundo, víctimas de las persecuciones políticas, religiosas y étnicas en distintos escenarios tanto en África como en Asia, se mixtura con el problema de los inmigrantes caracterizados como “ilegales” que pretenden ingresar en forma irregular a los países integrantes de la Comunidad Económica Europea.

Se trata de refugiados económicos, producto de las políticas coloniales de despojo y expoliación perpetradas por los países centrales, por las metrópolis coloniales  responsables en todo segmento de la historia de la situación paupérrima de los pueblos,  sometidos a metodologías de cautiverio en el plano político, económico y cultural.

Dramáticas noticias  nos cuentan acerca de naufragios en regiones cercanas a la isla italiana  Lanpedusa. Accidentes marítimos que traen como saldo la muerte o desaparición en el mar de centenares de refugiados de origen africano, entre ellos muchos niños que acompañan a sus familias en una travesía que tienen como puntos de partidas distintos sitios en las costas de África.

A las peripecias de los pobres refugiados que logran arribar a la isla italiana, hay que adjuntarle otra catástrofe: enfrentarse a la justicia de ese país que  los demanda  atenta a la ley xenófoba Bossi Fini del 2002. Una normativa cuyo autor es este “ilustre” y legítimo  representante de los separatistas de la Liga del Norte, y que hace mención al flujo interno  de los inmigrantes, con una la limitada permanencia en la península.

Muchos de estos refugiados  proceden de Eritrea o Libia, antiguas colonias italianas en tiempos del duche Benito Mussolini. Naciones esquilmadas por los mismos que hoy niegan el ingreso de esos sectores populares empobrecidos.

Una situación parecida ocurre con las poblaciones  albanesas. A partir de los años de la década del noventa, cuando el liberalismo se enquistó en los países emergentes, el flujo poblacional desde los Balcanes no pudo ser frenado.  Un periplo les esperaba a sectores de esa comunidad de escasos recursos, un recorrido que iniciaban en peligrosas travesías a través del canal Otranto, tratando de arribar a  Bari y otras ciudades de la península itálica. Recordemos que Albania, también sufrió la ocupación de Italia en el siglo XX.

La situación que viven en Europa eritreos, africanos subsaharianos, turcos y otras nacionalidades, marca el grado de cinismo y las prácticas de exclusión que portan gran parte de las dirigencias que conducen el importante bloque regional de países.

Otras formas de exclusión y expulsión de poblaciones

Pero la tragedia de los refugiados no incumbe solo a los estados desarrollados. Una mirada rápida nos orientada hacia una población árabe que padece una situación desgraciada, mixturada con el silencio de los foros internacionales.

Un caso emblemático lo constituye el pueblo árabe saharaui, que desde hace más de cuatro décadas espera la materialización de un referéndum, una salida soberana y democrática en el devenir de una región que hoy está ocupada por el régimen monárquico marroquí.  

Este escenario obliga a los habitantes de la región del Sahara Occidental Ocupado a vivir excluidos y marginados. Las mismas fuerzas que comenzaron a fijar los tentáculos neocoloniales en el territorio a partir del año 1975, permanentemente  expulsan a los autóctonos, presionando para ejecutar una  emigración hacia otros espacios territoriales, para finalmente acrecentar los campamentos de refugiados ubicados en Mauritania y Argelia.  Las violaciones a los derechos humanos en manos de las fuerzas policiales y militares de la corona marroquí, forman parte de un accionar cotidiano en Al Aiun, Dhalak y otros distritos del territorio que en el pasado era colonia española.

En relación al Mundo Árabe, y los problemas de los que debieron transmigrar  involuntariamente de sus hogares, se ha constituido en  una dinámica que ha afectado las zonas que van desde el extremo poniente el Magreb  hasta el golfo Árabe.

El dolor de los saharauis, está en sintonía con el que afecta a las poblaciones también de origen árabe del cuerno de África, en Somalia, donde la intolerancia religiosa es el mejor pretexto para construir un proyecto de poder que termina cercenando el país en tres pedazos, generando un éxodo que alarma a los organismos internacionales.

Como ocurre en regiones árabes en el continente africano, la intención de alimentar luchas interreligiosas e interétnicas, también forma parte de la hoja de ruta en el Creciente Fértil (Oriente Medio). Como de costumbre una planificación diseñada por actores externos, pero ajustada a una complicidad de agentes nativos.  

Datos angustiantes nos marcan la existencia de más de 4.500.000 personas que conforman una  verdadera diáspora o exilio forzoso, que tiene como epicentro a Siria e Irak. Poblaciones huyendo de las crisis internas, frecuentemente alimentadas  por estrategias foráneas que dan lugar a verdaderas guerras fratricidas, involucrando en ambos países a casi 3.800.000 de los llamados refugiados internos: colectivos que deben merodear de un sitio a otro en busca de seguridad.  

En todo este relevamiento no puede quedar ausente  el registro que acredita a los palestinos, como uno de los caso más trascendentes  en la cuestión de los refugiados.

Desde 1948 la población de Palestina viene soportando la Nakba, la tragedia. Una triste vivencia que a lo largo de más de seis décadas, la ACNUR (Agencia de la ONU para los Refugiados) vio estampado datos en sus registros, ubicando a los palestinos en uno de los primeros lugares, en la larga  lista de los pueblos que padecen las injusticias de no poder vivir en sus tierras. Un derecho inalienable que es bloqueado, en el caso de los árabes palestinos, por la intransigencia del sionismo y su engendro el estado artificial que conocemos con el nombre de Israel.